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Amor

La Asesina de la Flor

La Asesina de la Flor

Hoy el mundo es menos seguro que ayer. Pasear tranquilamente por un parque, coger el autobús cada mañana, cenar en un restaurante a la luz de varias velas entraña un riesgo del que todos hemos de ser conscientes.
Es todavía pronto para saber a qué grupo terrorista pertenece, o si actua por su propia cuenta, ajena a leyes y a derechos, al ser hoy el segundo día que se sabe -o se adivina- su existencia.
Un grupo de psicólogos del CNI ha esbozado parcialmente el mapa de su mente, aunque no sabe con certeza la fiabilidad que puede ofrecer. Pero a falta de otros datos, los expertos se ven obligados a apoyarse en ellos. Según se nos ha informado, el perfil psicológico del sujeto hace pensar en la existencia de un trauma inicial, del que parten numerosas ramas y acaban desembocando en una conducta psicopática típica de un asesino en serie. Cabe destacar que hasta el momento no ha habido ninguna víctima de gravedad, pero los intentos de asesinato han sido numerosos. Según fuentes oficiales, en la tarde del día 16 de abril disparó (aún no se ha podido descubrir el lugar desde el que se efectuó el disparo) contra un vehículo de 30 años de edad, marca seat, hiriéndole en la luna lateral trasera. El arma utilizada fue una escopeta del calibre perdigón con mira telescópica. En declaraciones posteriores el vehículo, entre sollozos de impotencia, dijo "Estoy harto de que me disparen. Hace un año perdí mis faros traseros y aún no lo había superado. Esto es inhumano". Estremecedoras... palabras.
Toda España está en alerta ante la violencia desmesurada y los pocos escrúpulos que ha demostrado la que la gente ya llama La Asesina de la Flor, puesto que en el lugar del crimen se encontró una flor que cayó de uno de sus zapatos cuando emprendió su huída.

El presidente del gobierno no se ha pronunciado todavía, pero según nos informan, no tardará en hacerlo, e instará a todos los ciudadanos del pueblo español a estar permanentemente alerta y a facilitar información si fuera posible. Rogará cooperación absoluta y que, si alguien ve un zapato marrón al que le falte una flor... que corra y avise inmediatamente a las fuerzas del orden.

Lo dicho. Mantengan la calma pero no se confíen. Miren a derecha a izquierda cada vez que salgan de su morada. Recuerden que ella puede estar apostada detrás de cualquier ventana, en la azotea de su edificio, en el balcón de enfrente... Ándense con mucho tiento, por su bien...

A ti

Hay muchas cosas que no sé. No sé si te gustará que hable de ti en este blog. Tampoco sé quién leerá esto que te escribo. Ni siquiera sé por qué lo escribo o si debo hacerlo. El caso es que allá voy.

Te quiero. Lo reza un letrero de un metro por tres de pintura blanca acrílica resistente a la intemperie y a los caprichos del clima mediterráneo. Pero lo cierto es que cada día me esfuerzo por que lo recen a ún más mis actos, los detalles que trato de no descuidar por muy sumido en la rutina que me halle. Una rutina que, por otro lado, me encanta, aún siendo muy mejorable. Me gusta la rutina porque estás tu en ella. Pero no dudaré en romperla a golpe de cincel, con suavidad artística, con cariño ciego, sólo para hacerte sentir cosas nuevas, experiencias que sin mí no vivirías, o lo harías luego. Y ya conoces la incerteza de mis luegos.

Se llevará mis palabras el viento, o el tiempo, y en un pestañeo se dirigirán al mismo destino que tuvieron aquellas que les precedieron. Y arrepintiéndome de haberme puesto a escribir esta noche, te diré que espero verte pronto. Busca el motivo de este post en haberme hecho ver que realmente te interesa lo que escribo en mi blog y a que te ha hecho ilusión -ilusión comedida, como es la tuya siempre- que mi nick tenga que ver contigo.

Hasta pronto, pues. Y... ya sabes.